Quería escapar de mis terribles emociones…(Post 2)
(Esta es la continuación del Post 1. Se debe leer aquel primero)
Tratando de escapar de las emociones de tristeza, desesperanza, me había transformado en un osado boy scout, y con un amigo, decidimos viajar, hasta una montaña a 30 kilómetros de distancia.
Ahora estábamos a medianoche atrapados en medio de la tormenta de los Andes Chilenos esperando lo peor.
De pronto escuchamos una voz que nos gritaba, y vimos una luz desde una casa en medio de ese bosque, diciendo que subiéramos a buscar refugio.
Aquella experiencia fue una cita con el destino. Me permitió conocer a quien cambiaría mi vida.
Él vivía en las montañas andinas , y fue nuestro salvador al darnos alojamiento. Creo que pudo leer mi corazón y entender la razón que me llevó a las montañas.
Mientras absorbía con tranquilidad el mate de calabaza que bebía, y el fuego de la chimenea alumbraba suavemente y calentaba la habitación. Con pensamiento profundo, dijo…“Todo lo que vivimos es producto de nuestros pensamientos. Creaciones y materializaciones de nuestras mentes. Todo lo que ocurre en nuestras vidas, es información materializada de nuestra mente”.
Y, luego acomodó unos leños en el fuego, y agregó …”Es inútil intentar cambiar las cosas por medios físicos, aquello que nos aflige, y duele, en el amor, dinero, relaciones humanas o nuestra salud, porque todo se crea solo desde nuestra mente“.
Y, al regresar a su sillón, añadió…“Si desde nuestra mente se crea nuestra realidad física entonces desde allí también se disolverá lo que no deseamos. Es así de simple”.
Guardó silencio, luego me dijo: “Somos jardineros de nuestras vidas y hacemos que en nuestros jardines florezcan hermosas flores o crezcan malezas y plantas venenosas “
En ese instante mi vida pasó de un nivel a otro. Y tuve uno de esos raros aumentos de conciencia.
Comencé a sentir un alivio, y una esperanza, que no tenía. Él había puesto las claves de la vida en mis manos.
Toda la tristeza, falta de amor, y desánimo, comenzaron a disolverse. En ese momento la luz de aquella chimenea no solo alumbró la habitación sino también mi corazón y mi vida. Empecé a sentir esperanza.
Mientras saboréabamos esa bebida caliente y esos deliciosos panes, al lado de aquella chimenea. Mientras escuchábamos como afuera llovía terriblemente y aúllaba el viento gélido de la cordillera de los Andes. Yo sentía tibieza en mi corazón.
De pronto me di cuenta que mi compañero se había quedado profundamente dormido y no había escuchado nada. Era como si esas palabras solo debía escucharlas yo.
Me di cuenta de la enorme sabiduría de este hombre extraordinario. Me propuse mantenerme cerca de él y aprender lo que pudiera enseñarme, si es que aceptaba enseñarme.
Este fue mi primer contacto con aquello que luego conocería como los “8 Códigos de la Vida” algo de lo cual muy pocos han escuchado hablar.
Estos “8 Códigos de la Vida” son como una especie de nuevo software para el cerebro que despiertan capacidades mentales dormidas. Y llevan a una persona realizar una existencia de éxito, salud, amor y felicidad.
Me propuse aprender lo que él sabía para resolver todos mis problemas. ¿Sería eso posible?
Es lo que me propongo compartir contigo en el siguiente post (post 3) de este blog.
Que tu jardín florezca!!!
Rod Fuentes